Tuesday, October 02, 2007



Antes de que lo olvide...Hay algo curioso por las calles de Rio (entre otras cosas), uno puede perfectamente tropezarse con un zapato. Están por todas partes, he visto cientos, chalas, zapatillas, tacos. Es uno solo, perdió su par, quedó botado después de haber dado gloria. Porque no me van a negar que los zapatos no dan gloria. Sino basta meditar en el dicho "cada uno sabe donde le apreta el zapato" o el "no me gustaría estar en tus zapatos" ... no es por acaso.


Es más, comparto una teoría. Soy una convencida de que las mujeres amamos los zapatos (además de otras cosas, para los que les gusta bailar sabran que un buen zapato es casi un companhero de baile) porque no importa si estamos gordillas, o en exceso flacas, o piernas cortas, o pechugonas...etc. los zapatos siempre nos quedarán bien, serán bellos y amables. Los pies no engordan. Subirse en un par de tacos es literalmente levantar la cabeza y el ánimo. Y hay algunos modelos que producen cierta cadencia al caminar que es imposible lograr sin calzar un par digno. Eso sin contar con que la mejor de las suertes (encontrar el príncipe azul -porque azul ha? tema para más adelante), en el más famoso cuento tiene al zapato como su protagonista. No tenía más sentido -hasta por la tradición católica-que fuera para Cenicienta un anillo su salvación?? Pues no, fue un zapato.
y a bailar con sandalia de prata!

Comments: Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?