um xote...

haaaa luego escribo sobre mi viaje. Acá de regalo una linda foto nocturna de Rio desde el pancito de azúcar. Beleza!

Preparativos… nada mejor. Estoy entretenida preparando mi viaje y con lo obsesiva que soy (porque aunque soy volada para algunas cosas, cuando quiero puedo ser una Gertrudis total) ya tengo todo listo, con itinerario, lista de panoramas, porque esta vez quiero aprovechar a concho Río y no perder tiempo preguntando direcciones ni tonteras. Voy a cumplir uno de mis sueños, iré a un ensayo de escuela de samba y si tengo suerte y estrella, voy a conseguir que me arrienden un traje de plumas que ya sería estar en las nubes… (porque estar en el cielo sería desfilar en la Sapucaí).
Pero en fin, voy nuevamente a cargarme de pilas y sol a mi querido Brasil. El otro día leía en algún blog o revista, no me acuerdo, que alguien (mmm parece que era una entrevista a Benjamín Vicuña-ñam-ñam) que alegaba en contra de los que se van de Chile o viajan y pareciera que “Chile les duele”, es como algo de vergüenza, como de renegar, de llegar hablando maravillas de dónde fueron (en Barcelona esto, en Barcelona esto otro”, “ufff nada como París, ni te imaginas lo que es esa cuidad, entretenida no como Santiago que es una fomedad”) y a mi me pica!
Yo y todos los que me conocen pueden dar fe de que si hay un país que me gusta ese es Brasil, me encanta, me siento súper bien allá (por algo con este viaje van a ser 10 veces que voy). Pero de la misma forma que me encanta Chile, y no idolatro Brasil, en todas partes se cuecen habas.
Es cierto que hay países y ciudades más vivibles o entretenidas que otras, pero nada como la ciudad que te vio nacer.
Vi un reportaje el otro día que me llamó mucho la atención, era sobre Chuquicamata, el desalojo de la cuidad. Volvían a ir los hijos de la cuidad los que nacieron ahí, recorrían sus calles vacías, llenas de polvo, en una ciudad que objetivamente es fea y hostil… y el periodista (con ese tacto que los caracteriza) se lo decía a este cabro que recorría con un nudo en la garganta las casas … lo miró con pena y le contestó “y que quieres, yo nací aquí!, estas calles y la gente que había aquí es con lo que crecí” y se encogía de hombros.
Me dio una pena! yo sé que en el fondo todos esos que se van hablando pestes de Chile, o cómo decía Vicuña “que les duele Chile” son como ataques de adolescente renegando de sus padres, pataleta de pendejos que después se pasa.
Hay que patriota me puse!, pero es que yo quiero mucho a mi país, como se quiere a las personas, con sus cosas buenas y malas no más.

voy a ir al cine y me las voy a dar de crítica. sólo para joder la pita.

Que heavy! La verdad me tocó la fibra… ayer me enteré que echaron a un compañero de pega. La verdad me dio un montón de pena. El lunes ya no apareció, silla vacía, listado nuevo de teléfonos dónde no venía su nombre incluido… uff fuerte. Me imagino cómo será que un día te digan que “van a prescindir de tus servicios” o que te lancen a la cara el sobre azul, sin más ni más.
Así que ando apenada porque el sujeto en cuestión me caía muy bien, pendejo, desordenado, bastante de mi onda para ser de medios.
Y dando gracias por que tengo pega, y eso a veces es un lujo.