Thursday, November 29, 2007

quisiera se un pez... para tocar mi nariz en tu pecera, y hacer burbujas de amor por donde sea... hoooo nadar la noche entera....(juan luis)

Me gustaria ser más fuerte (aún).
Arrendar por días, una abrigo de piel de chancho para cubrirme y permanecer inmune.
Cuando me siento así, trato de hacer mi ejercicio de optimismo y pensar que un día voy a ser vieja y sabia y que estas pequenheces me van a hacer reír y que todo habrá valido la pena. De hecho estoy segura de que así será, sólo que hay días en que no veo con claridad de qué agarrarme.
Me inventé un tipo "cuento" para explicarme a mi misma cómo son las cosas. Aquí va. Ojo, es un cuento infantil (de hecho, apenas quede embarazada me pondré de cabeza a escribir cuentos, pero eso es otra cosa).
"Había una vez un pez que vivía feliz en su acuario. El acuario era largo y flaco como Chile, tenía de todo... una linda familia de peces, barriga llena, óxigeno, algas y todo lo que necesitaba para vivir.
Pero este pez quería más... sonhaba con el mar. Quería ir al mar.
Y comenzó a pedir, a pedir y pedir el mar, sin tener mucha conciencia de lo que significaba ese pedido.
Fueron tantas súplicas en forma de burbujas que el hombre duenho del acuario , se detuvo a mirar los peces y lo escuchó. Y quiso ayudar al insistente pecesin.
Tomó una bolsa plástica, la llenó de agua, buscó al pez en cuestión y lo sacó del acuario. Amarró la bolsa, la metío al auto y aceleró rumbo al mar.
Durante todo el trayecto, miraba al pez y lo veía cómo se desesperaba, como se movía rápido, cómo a ratos se veía decaido... otras triste, otras desilusionado... lo vio pasar por todas las emociones que un pez con un mini cerebro puede pasar, lo vio sentirse muy solo.

El hombre se sentía impotente, que ganas de explicarle al pobre pez, que para conseguir lo que tanto pidió, necesariamente tendrá que pasar por eso! Le daba risa y pena a la vez.
Cuando al fin llegaron al mar, el hombre agarró la bolsita y liberó al pez.
Ahí entre medio de las olas y mientras lo veía alejarse, creyó escuchar la risa de un pesecito."

Bueno, a veces soy tan infantil que necesito auto-cuentos para explicarme porque deben pasar ciertas cosas.
Ya llegaré al mar.
Un gran abrazo para mi. Hoy voy a ser todo lo egocéntrica que necesito, meu copo esta cheio e já não da mais pra engolir.
Beso,
Clau.

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